Son sueños sin roncar...

Anoche me he descubierto reteniendo emociones debajo de una almohada.
Fue asfixiante, para nada agradable y meticulosamente sano para mi parte enferma (diría mi psiquiatra).
De repente, entre tanto calor de una estufa eléctrica y de la falta de oxigeno en mi ser opte por salir de la cueva...la noche estaba maravillosamente oscura, llena de esos monstruos a los que todavía no me animo a dar batalla.
Encendí una luz, mire la hora (no la recuerdo), tome un poco de agua del vaso que yacía en la mesa de luz, y por ritual esquizofrenico desperté a mi hermana preguntándole : estas bien?, no tuve respuesta, pero me di el gusto y el placer de contemplar la imagen mas tierna y ejemplificadora de amor y de vida... descubrí que la curva mas hermosa de una mujer es la que da forma a un vientre colapsado de milagros...
El milagro de poder crear un ser en un espacio tan pequeñito,con simples energías, con mucho amor y un poco de comida...
Para no saltar de la emoción y despertar a toda la familia, dibuje en mi rostro una sonrisa tamaño payaso de cumpleaños, hice miles de preguntas en silencio, y entre tantas me respondí una: mi sobrino/a es un ganador, el ganador de miles y millones de hermanitos que quisieron ocupar su lugar, el ganador de la lucha mas dura de la vida...la de sostener en pie a su madre y a una familia con una desgarradura en el corazón.
Volví a recostarme en la cama giratoria (las pastillas me bobean la conciencia), apague la luz...y de a poco, otra vez y sin darme cuenta , me he descubierto reteniendo emociones debajo de una almohada.